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Algo peor que mala suerte

La noticia de la anulación de la adjudicación del nuevo puerto de Playa Blanca por parte del Tribunal Administrativo de Control Público de la Comunidad Autónoma de Canarias, tras aceptar parcialmente la reclamación realizada por Acciona y Lanzagrava, ha sembrado la preocupación en los sectores políticos y empresariales de la isla. Se trata de una obra que lleva esperando más de 15 años y que por diversos contratiempos se ha ido retrasando hasta hoy. Cuando ya parecía que ésta comenzaría a realizarse, pues ya se había adjudicado al grupo de empresas que encabeza FCC, por un importe cercano a los cuarenta “kilos” nos dan la mala noticia de la paralización de la construcción del muelle de Playa Blanca. Lo malo de la información no es que se retrase la obra o que se tenga que licitar de nuevo la misma, que ya de por sí es un contratiempo importante. El problema es que tal y como está emitida la resolución del Tribunal Administrativo se tenga que retrotraer el expediente al momento anterior a la redacción del pliego de condiciones. Es decir que se teme que se tenga que iniciar el proceso desde el principio antes de la resolución de Puerto Canarios de licitar la obra, cosa que ocurrió hace más de un año, en concreto el 3 de febrero de 2015.

Buscar culpables

Si eso es así, y será así si nadie lo remedia, el procedimiento hasta la nueva licitación y adjudicación no llegaría hasta el próximo año 2017, por lo que podrían hasta peligrar los 40 millones destinados a esta inversión. En fin, un disparate que merece rápidamente una respuesta política. ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Dónde ha estado el fallo o error? Y pedir responsabilidades a quién haya sido el culpable de este desaguisado. Ustedes dirán que un año más de espera no es significativo. Pero lo es si tenemos en cuenta que llevamos esperando más de 10 años a que empezara y que Lanzarote necesita inversiones. Unos siete millones estaban previstos realizarse en este año 2016, que ya no se harán. De realizarse directa o indirectamente son 100 empleos más que se generaría en la isla y que ahora tendrán que esperar, más allá de las malas condiciones que tiene el viejo puerto de Playa Blanca para operar y mejorar sus instalaciones.  

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