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Cae otra acusación del Caso Jable

 

En estos días se ha conocido el sobreseimiento de la causa penal que se seguía contra el conocido empresario de la isla, Francisco Armas López, que se vio inexplicablemente implicado, como otros muchos, en la Operación Jable, derivada del caso Unión. Ahora ,cuatro años después, la jueza instructora ha comprobado que al carecer de acusación fiscal no puede seguir la imputación sobre esta persona. Posiblemente, junto con lo ocurrido a Segundo Rodríguez, quién estuvo en prisión durante casi un mes y luego fue desimputado, ha sido uno de los casos más flagrantes de falta de Justicia. O mejor dicho, la aplicación torticera de la “orgía judicial” en que convirtieron algunos el llamado Caso Unión y la Operación Jable. Lo que le ocurrió a Francisco Armas realmente es de traca. Se le confundió con el consejero delegado o representante de FCC en Canarias en el asunto de la construcción del palacio de deportes de Argana, cuando no solo no lo era , sino que tampoco su empresa, - es apoderado Horinsa-, tuvo nada que ver en esa polémica obra donde están siendo investigadas varias personas. En concreto, para esa obra, Honrisa concursó con Dragado y Construcciones, que finalmente no ganó la concesión. A pesar de eso, el Juez Pamaparacuatro, instructor inicial del caso Unión (uno de los peores instruidos, por cierto, al decir de muchos abogados de España) no sólo lo detuvo, sino que lo metió durante 72 horas (tres días) en un infecto calabozo como si fuera un terrorista. Ni la mujer, ni los familiares sabían lo que le estaba pasando, ni dónde se encontraba detenido. Realmente lamentable.

 

 

Daños innecesarios

 

Ya algunos medios de comunicación de Lanzarote y de Canarias en general que fueron con gasolina al incendio del Caso Unión y Jable se dedicaron a inflar y adornar las llamadas detenciones anunciadas y televisadas. Nosotros calificamos algunas de ellas como “cacería vergonzosa”. La detención de Francisco Armas (como la de Segundo Rodríguez) ocuparon titulares a cuatro columnas, se le acusó de todo sin pruebas o con pruebas falsas o realmente hechas a la carta. Todo valía. Se echó el trasmallo y se “pescó” todo lo que pasaba por ahí, pescado chico y grande, se mezclaron casos reales, con indicios de clara corrupción, con otros que no lo eran. Daba lo mismo, lo importante era presentar a la opinión pública que el PSOE iba a por todos contra la corrupción. Un PSOE , que paradojas de la vida curiosamente gobernaba con el PIL de Dimas Martín, una de las piezas de caza mayor de la investigación. Alguna vez se sabrá por qué en tres ocasiones el Ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, permitió que saliera en tercer grado antes de lo que le correspondía Dimas Martin, como denunció en su día los medios de LANCELOT - los únicos por cierto-. Lo importante era coger un juez y un fiscal estrella para que se involucraran -posiblemente de buena fé- en un caso que olía más a ajustes de cuentas que realmente a resolver la corrupción (que sin duda existía sobre todo en el Ayuntamiento de Arrecife, como en la mayor parte de los ayuntamientos de este país que el tiempo se ha encargado de demostrar). Lo que queremos decir es que en los casos Unión y Jable se exageró, que no se fue a buscar Justicia, sino espéctáculo político-televisivo y que, sobre todo se cometieron flagrantes errores como el de Francisco Armas. Este medio siempre confió en la honestidad de Francisco Armas y advertimos en su día de la injusticia de su acusación, tanto en el fondo como las formas de su detención. Nos alegramos de haber acertado por él, pero sobre todo porque defendimos el Estado de Derecho, y no caer en la carcinería y el daño innecesario que otros se jactaron en hacer. Peor todavía, le ha fastidiado que otro más haya quedado libre de todas sospechas. Y como siempre son los que más están para callar, lo que más hablaron.

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