Confundir el debate

Llamar macro residencia a un centro de 75 plazas de alto requerimiento sanitario y 50 de atención diurna en Lanzarote suena más a eslogan que a diagnóstico. Nadie duda de que hacen falta políticas de cercanía, pisos tutelados y centros de día; pero negar la necesidad de una residencia moderna —largamente reclamada en la isla— es distorsionar el debate. La residencia de Tahiche no es un parche, sino un paso imprescindible que llega tarde, aunque parece que, por fin, con CC y PP se hará realidad. Algo que no ocurrió bajo el llamado "gobierno de las flores", PSOE y NC, que se limitaron a poner la primera piedra y nada más.

Una muestra de soberbia

NC intenta disfrazar de vanguardia lo que en realidad suena a desprecio hacia una obra largamente esperada. Una residencia para 125 mayores no es un "modelo desfasado": es saldar una deuda histórica con quienes llevan años sin plaza ni recurso. Claro que después harán falta centros de día, atención domiciliaria y proyectos de convivencia a pequeña escala. Pero lo primero es lo primero: construir lo que la isla reclama desde hace más de una década. A veces la soberbia lleva al engaño. Sería saludable que algunos políticos reconocieran lo que se hace bien en lugar de buscar siempre excusas para criticar. Al fin y al cabo, no por gritar más alto se transmite un mensaje más claro.