El Reducto: bandera roja permanente entre dudas y reproches políticos

La Playa de El Reducto vive uno de sus episodios más prolongados de cierre, atrapada en un laberinto administrativo que parece no tener salida. Pese a que los últimos análisis presentan valores dentro de los límites permitidos, Salud Pública mantiene la prohibición de baño por considerar que se trata de un problema recurrente. Y ahí radica el verdadero dilema: no basta con que hoy los parámetros estén bien si mañana pueden no estarlo. Mientras tanto, la oposición, liderada por el PSOE, aprovecha la situación para reclamar responsabilidades y sacar rédito político, señalando directamente al alcalde. Sin embargo, la realidad técnica es clara: nadie puede afirmar con certeza absoluta el origen de las filtraciones, que podrían provenir de viejos pozos negros o de redes de alcantarillado recientes. Entre informes no concluyentes y el miedo a asumir riesgos, la bandera roja sigue ondeando, símbolo de un problema que es tanto sanitario como político.

Arrecife busca culpables mientras la política gana terreno

La playa principal de Arrecife continúa cerrada, no por los resultados de los análisis —que hoy están dentro de los parámetros— sino por la incertidumbre sobre la verdadera causa de las filtraciones. ¿Pozos negros antiguos? ¿Fallas recientes en el alcantarillado? La verdad es que ninguna autoridad puede asegurarlo con total certeza, y eso explica el prolongado veto de Salud Pública. En medio de esta incertidumbre, el PSOE ha aprovechado el incidente para exigir explicaciones y responsabilizar al alcalde, transformando un problema técnico complejo en arma política. Mientras tanto, los ciudadanos permanecen alejados del mar, y la administración local se ve atrapada entre informes ambiguos y la necesidad de no asumir riesgos que nadie puede garantizar que estén totalmente controlados.