La paciencia se acaba
Cada vez son más los que en CC se les agota la paciencia con el asunto de los consejeros socialistas del Cabildo de Lanzarote de no entrar “de momento” a formar parte del grupo de gobierno. Son muchas ya las voces que creen cada vez más que el asunto Polo sólo es una excusa que le venía de perla a la estrategia que se marcaron las llamadas fuerzas del mal, que encabezaba el despacho, una institución cultural y las urracas de El Reducto, antes de las elecciones, tendente a cargarse al presidente del Cabildo.
Esas voces piden que se de un puñetazo en la mesa y si el PSOE no cumple el pacto firmado en el Cabildo que se rompa en Arrecife y en San Bartolomé. De hecho, ya hace meses, visto lo visto, los nacionalistas exploraron la posibilidad de que el PP entrará a apoyar a Pedro San Gines en el Cabildo, operación que no salió adelante porque Ástrid Pérez, con cierta razón, solicitaba la alcaldía de Arrecife. CC se negaba a tal operación, porque creía que se atacaba al pacto regional si se le presentaba una moción de censura a José Montelongo. Así se pasó el verano, pero ya son, insistimos, más las voces dentro de CC para romper amarras definitivamente con el PSOE en Lanzarote.
Los líderes de CC meditan la jugada y creen que con el PSOE actual controlado por las urracas y el despacho de la Plazuela es imposible gobernar en el presente y en el futuro, porque hay una parte de ese partido que nunca ha querido apoyar a Pedro San Gines. El PP, por su parte, está viéndolas venir y enseñando cada vez más muslo a CC. Ástrid Pérez sabe que su partido se está jugando mucho en este envite, donde todo indica que el PP puede recibir un buen golpe en las elecciones generales por mucho que el gobierno de Rajoy haya sacado a España de la crisis. Las cartas nos dicen que ya están echadas en las mesa. Ahora sólo hay que esperar a que CC las levanten y se las crea. porque ya en estos momentos Ástrid sabe que tiene que echar toda la carne en el asador. Lo increíble es que el PSOE se inmole porque a un medio de comunicación y un despacho están obsesionados en cargarse a Pedro San Gines, porque creen que es la única forma de que todo siga como hasta hace seis años cuando ellos estaban tan ricamente felices ganando euros a mansalva de las instituciones.
