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Podemos, se luce

 

 

  • Lancelot Digital
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    Los votantes de Podemos en Lanzarote deben estar muy decepcionados con su partido tras comprobar el papel de muletilla que juegan en el Cabildo de Lanzarote sus consejeros. El partido “antisistema”, que precisamente luchaba contra la casta política, contra los asesores paniaguados, las prebendas de los grupos políticos, resulta que en la última comisión de Hacienda se abstuvo y no votó en contra de la propuesta de la presidenta del Cabildo de Lanzarote, de aumentar en 32 mil euros, los sueldos de unos 55.000 que ya cobran los llamados Directores Insulares. Posiblemente justifiquen esa abstención aludiendo al desconocimiento. Ya veremos lo que votan en el pleno, si algún día lo convoca la Presidencia del Cabildo, que lleva ya tres meses sin celebrar alguno. Lo cierto es que la gente se ha llevado las manos a la cabeza cuando se enteraron que la Presidencia del Cabildo quiere ponerle un sueldo de 85 mil euros a los directores insulares, similar al que cobra el Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, que es de 86 mil euros.

     

     

    El poder desgasta

     

     

    Sin duda el poder desgasta, pero en el caso de Podemos en el Cabildo, parece que se cumple el adagio de que la oposición desgasta mucho más. Ciertamente, vamos a esperar, vamos a ver lo que votan los dos consejeros de Podemos en el Pleno del Cabildo. Todo apunta a que votaran en contra y cabe la posibilidad de que si el PP, socio de gobierno de Dolores Corujo, mantiene el criterio sostenido en la comisión de Hacienda, podría fracasar la propuesta y sufrir un revés el Psoe importante y quedar muy mal ante la opinión pública en general. Tampoco a muchos militantes y “militantas”, que diría Dolores Corujo por aquello del lenguaje inclusivo, les gustará, o eso creemos, que se premie a directores insulares que realmente nadie sabe muy bien que hacen. La figura del ‘Director Insular’, que crea la Ley de Grandes Ciudades, era para contratar a técnicos altamente cualificados para realizar misiones importantes en el gobierno insular. El problema es que por desgracia los partidos políticos al final han degradado esta figura y la utilizan más para “meter” a amigos del partido bajo la excusa de que son necesarios. Hecha la Ley, hecha la trampa. Las leyes las hacen los políticos, mayormente licenciados en derecho, que son unos especialistas en sacar normativas para beneficiarse ellos. La sensación de que los políticos y los partidos políticos sólo miran por lo suyo, mientras el mundo real va por otro lado, por caminos más pedregosos, está cada vez más extendida.

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