PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Una decisión histórica

 

Este lunes Italia adoptaba una decisión histórica. Sus ciudadanos apoyaron de manera rotunda rebajar a un tercio el número de parlamentario. Es decir, la próxima legislatura en lugar de 940 se quedará en 600 parlamentarios, cuatrocientos en la Cámara de Diputados y 200 en la Cámara del Senado. La presión ciudadana, con el apoyo del Movimiento 5 Estrellas, que participa en el gobierno italiano actual, provocó ese referéndum donde el 70% de los participantes apoyaron esa reducción hartos de que Italia fuera el país europeo con más políticos por habitantes. Resulta una decisión lógica en un momento especialmente complejo, una decisión que, por otra parte, otros países como el nuestro deberían imitar. No contratar más asesores, sino reducir el excesivo número de políticos que acarrea el país y sus sueldos.

 

En su burbuja de cristal

 

Es una realidad, en España las cosas no están mejor. La crisis sanitaria del coronavirus ha generado una crisis económica sin precedentes en un país especialmente dependiente del turismo. Los ciudadanos lo están pasando mal y lo van a seguir pasando mal en los próximos meses, pese a lo cual los partidos políticos continúan en su burbuja de cristal cobrando sus espléndidos sueldos, especialmente en el caso de parlamentarios y senadores. Estos, en concreto, entre primas, extras y dietas se llevan a casa, limpios, una medida de 5.000 euros al mes. Pese a la situación, los políticos siguen contratando asesores, paniaguados políticos a la sombra de los suyos, reubicados a la fuerza para devolver favores a los que se han quedado sin cargo. Nuevos puestos, nuevos sueldos a cargo del erario público.

 

Sueldos desorbitados

 

Lo cierto es que esta situación está provocando un malestar creciente entre la población que se ve cada vez más pobre y más dependiente, que no puede trabajar y depende de un Erte que ni siquiera sabe hasta cuando se mantendrá. La gente está cansada y, cuando mira a sus líderes, los ve una campana de cristal, en su propio mundo, con sus grandes casas, viajes y, por qué no decirlo, sueldazos, pidiéndoles un pequeño esfuerzo más. Ellos siguen con su vida como si nada hubiera pasado, pero sí ha pasado. El mundo ha cambiado por completo. Lo peor es que todos dijeron que era preciso bajarse el sueldo, en consonancia con la situación que atravesaba todo el país, pero la realidad es que, salvo casos puntuales de algún que otro alcalde, como en Lanzarote Suso Machín, pocos son los que lo han hecho. Continúan todos mirando hacia otro lado, como si esto no fuera con ellos. Los ciudadanos se preguntan cuál es la labor de estos senadores y parlamentarios y porqué siguen cobrando lo mismo, como si no pasara nada. No está bien y las cosas empeorarán aún más cuando, a finales de este año y principios del próximo, las ayudas se terminen, muchos ertes se conviertan eres y la crisis aparezca con toda su fuerza. La gente está cansada y no tardará en exigir que se tomen medidas determinantes.

Comentarios (0)