Una Ley de Vivienda inútil

- Lancelot Digital
Estará tranquilo en su residencia de la Moncloa el señor presidente del Gobierno de la Nación hablando del sexo de los ángeles, sin pormenorizar en la que ha liado, aquí en la tierra real, con la Ley de la Vivienda que ha aprobado su gobierno. Porque lo cierto, al margen de lo bueno o lo malo que sea el alquiler vacacional (para muchos una ayuda económica, para otros un invento del diablo), lo cierto es que parte del gravísimo problema con la vivienda que existe en toda España, se debe a una Ley que beneficia al okupa y maltrata al propietario. Es a éste al que, de alguna manera, el gobierno del señor Sánchez carga con la responsabilidad de alojar a quien no tiene vivienda, algo de lo que, según nuestra Constitución, se debería ocupar el Gobierno. Es decir, él. Una Ley de Vivienda en un país donde la gente no tiene vivienda es, como poco, inútil.
Señor Sánchez, es fácil de entender
Bajando a tierra, una vez más, nos encontramos en redes sociales, aquí en la isla, sin ir más lejos, no uno, ni dos, sino muchos casos de familias que no tienen dónde vivir y están en la calle, a pesar de tener dinero para pagar un alquiler sensato. La última, una mujer, con un niño de siete años y dos perros de pequeño tamaño, que vive en la calle y busca desesperadamente una roulotte o algún lugar donde poder alojarse. Ya digo que no es la única. La situación con la actual normativa, que desprotege al propietario, es tal, que muchas personas prefieren dejar la casa vacía antes de exponerse a una posible ocupación que les llevaría años y años de pleitos y gastos judiciales. El resultado es que pagan justos por pecadores y hay familias, que pudiendo pagar un alquiler, viven en medio de la calle. ¿Para cuándo un reconocimiento del error? Si las leyes no funcionan, la culpa no es del ciudadano. Señor Sánchez, lo mínimo que quieren los españoles es una casa en la que vivir. No parece difícil de entender.
Promesas sin hechos
Mientras la maltrecha Ley de Vivienda cumple dos años, Sánchez ha anunciado muchas cosas que, por cierto, de momento no ha cumplido. Hace dos años anunció que iba poner en el mercado 50.000 viviendas de la Sareb para alquileres asequibles y que se comprometía a elevar del 3% al 20% la vivienda pública en España, ¿Dónde están esas viviendas? En ninguna parte. Hace unos meses anunciaba la creación de una "gran", todo es grande con este hombre, empresa pública de vivienda que se encargará de construir y gestionar casas desde la Administración General del Estado. ¿Qué hay de esa gran empresa? Lo cierto es que las promesas se van desinflando, la legislatura avanza, y no hay hechos. Ni hechos, ni viviendas.
Las zonas tensionadas, tampoco parecen la solución
Otra de las opciones que ofrecía la Ley de Vivienda era la opción de declarar un municipio como zona tensionada, decisión que quedaba en manos de los propios alcaldes. La diputada socialista lanzaroteñas, Dolores Corujo, criticaba en días pasado a Coalición Canaria y al Partido Popular por no acogerse a esta posibilidad que ofrece la normativa socialista. Pero, como suele ocurrir, por aquello de que “en casa del herrero, cuchillo de palo”, lo cierto es que, en Canarias, de los 88 municipios que hay, sólo tres lo han solicitado, sin que se haya mostrado ninguna mejora en la situación habitacional. Y ojo al dato, solo dos de ellos eran socialistas, Granadilla de Abona, que ha dejado de serlo, y Las Palmas de Gran Canaria.