Los trabajos del estudio de impacto ambiental de Repsol han costado cerca de 4 millones de euros

El estudio concluye que los impactos potenciales asociados a las actividades rutinarias del proyecto "son compatibles con el paisaje, el turismo, la pesca, el tráfico marítimo y el patrimonio histórico cultural"
Lancelot Digital
Foto: Archivo Lancelot
Repsol ha invertido cerca de 4 millones de euros en el estudio de impacto medioambiental y en los trabajos complementarios necesarios para conocer en detalle el entorno en el que se llevarán a cabo los sondeos exploratorios, como la toma de muestras de agua y sedimentos, su posterior análisis, la captación de imágenes y la obtención de datos de corrientes marinas.
El documento, que consta de más de 1.000 páginas, se somete a partir de ahora a información pública durante 45 días hábiles, hasta el 25 de septiembre. En él, han participado en los últimos 11 meses más de 100 expertos de la compañía, de consultoras especializadas e instituciones, entre ellas la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).
Sólo en la campaña ambiental, que se integra en el estudio de impacto ambiental, se han invertido 2,2 millones de euros, según informa la compañía. En estos trabajos se ha contado con los medios científicos y técnicos más avanzados, entre otros, dos barcos –uno de ellos oceanográfico–, un laboratorio y una cámara subacuática que ha registrado imágenes a un máximo de 1.600 metros de profundidad, en una zona apenas explorada desde un punto de vista oceanográfico.
Tras su información pública, el estudio de impacto ambiental se completará con las alegaciones presentadas y se elevará al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, encargado de formular la Declaración de Impacto Ambiental. Este es un requisito indispensable para poder llevar a cabo las prospecciones, previstas para el segundo semestre de 2014 y el primer semestre de 2015 a una distancia mínima de 50 kilómetros de las costas de Lanzarote y Fuerteventura.
Los expertos participantes en el estudio de impacto ambiental, según Repsol, son en su mayoría, doctores o licenciados en Biología, Ciencias del Mar, Ingeniería Oceanográfica y Geografía. El documento analiza el entorno ambiental y socioeconómico de las Islas Canarias, y describe todos los impactos potenciales del proyecto sobre el medio, para lo que ha sido necesario, en algunos casos, apoyarse en diferentes modelizaciones.
El informe de resultados de la campaña ambiental del estudio de fondo marino, que se incorpora al estudio de impacto ambiental como anexo, concluye que “el fondo marino en la zona de los sondeos es de una gran homogeneidad y consiste en un lecho de fangos batiales, sin grandes desniveles y ausencia de rocas”. “Del total de especies en el medio marino de las Islas Canarias, el estudio concluye que el 70-80% se encuentran en el litoral, a profundidades de hasta 50 metros, y por tanto, lejos de las ubicaciones de las prospecciones”, explica Repsol.
Por lo que se refiere a la fauna del fondo marino, “la diversidad específica presenta valores medio-bajos y bajos en todos los puntos del muestreo, es decir, es muy escasa. No se han visualizado arrecifes ni indicios de patrimonio arqueológico subacuático en las zonas analizadas. El área de estudio no se encuentra dentro de ningún espacio protegido y en el entorno inmediato de los sondeos exploratorios no hay hábitats prioritarios. Los lugares de la Red Natura 2000 más cercanos a los sondeos se encuentran a una distancia de 50 kilómetros”, añaden desde la compañía..
La evaluación ambiental también demuestra que la sismicidad “es poco significativa”: “de acuerdo con el mapa de peligrosidad sísmica de España, Canarias se encuentra en la zona de peligrosidad baja. La catalogación de este riesgo para el Archipiélago se sitúa en un rango similar o inferior al que tienen otras zonas petroleras, como Noruega”, afirman desde Repsol.
La compañía asegura que, incluso en el peor de los escenarios analizados, la probabilidad de que se produzca un derrame accidental de hidrocarburos que alcance la costa se considera “absolutamente remota” y “prácticamente imposible”.
Para evitar esto, Repsol afirma que cumplirá con las obligaciones que establece la nueva normativa europea sobre seguridad en las actividades de exploración y producción de hidrocarburos en el mar, a pesar de que todavía no es de obligado cumplimiento porque no ha entrado en vigor.
Por último, Repsol apunta que el estudio de impacto ambiental demuestra que “el proyecto no generará ningún efecto visual y que los impactos asociados a las actividades rutinarias de las prospecciones.