Viernes, 05 Diciembre 2025
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El parlamentario lamenta el malestar de los psiquiatras y defiende que su intervención buscaba “denunciar fallos estructurales”, no señalar a los médicos

  • Lancelot Digital

 

El diputado Yoné Caraballo ha respondido al malestar expresado por el equipo de Psiquiatría del Hospital Molina Orosa tras la difusión de su intervención en el debate de los presupuestos de Sanidad. El parlamentario asegura que en ningún momento buscó atacar a los profesionales y que su crítica se dirige exclusivamente al “modelo” de atención en salud mental vigente en Canarias, al que considera “incapaz de responder a la realidad actual”.

Caraballo, que recordó haber trabajado en el propio hospital junto a varios de los psiquiatras que firmaron el escrito, lamentó que se haya interpretado su discurso como una descalificación personal. “Me entristece que se molesten. Bastaba con una llamada para aclararlo”, afirmó, invitando a la ciudadanía a revisar el vídeo completo de su intervención.

El diputado defendió que su denuncia se basa en datos y experiencias directas: listas de espera prolongadas para acceder a psicólogos, un número insuficiente de profesionales en Atención Primaria y la inexistencia de una subunidad de Psiquiatría en las urgencias de Lanzarote y Fuerteventura. “Con un presupuesto de 4.800 millones y apenas cincuenta psicólogos en primaria, ¿podemos decir que el modelo funciona?”, cuestionó.

Caraballo insistió además en que la sobreprescripción de ansiolíticos y antidepresivos no es responsabilidad de los médicos, sino consecuencia de un sistema sin recursos suficientes. “Cuando digo que los canarios estamos ‘empastillados’, no hablo de ustedes, hablo del modelo. ¿Qué puede hacer un médico de familia cuando el paciente espera meses para un psicólogo?”, planteó.

El diputado recordó haber vivido situaciones en las que pacientes psiquiátricos pasaron la noche en pasillos por falta de espacios adecuados y reiteró su propuesta de crear subunidades de Psiquiatría en las urgencias del Molina Orosa y del hospital majorero, tal como funciona en el Universitario de Tenerife. “No entiendo por qué no se apoya algo tan necesario”, sostuvo.

Según Caraballo, su obligación parlamentaria es señalar las deficiencias del sistema “aunque moleste”. Rechazó cualquier confrontación personal con los profesionales y tendió la mano para colaborar. “Ni ustedes son el enemigo ni yo lo soy. El enemigo es el modelo. Hay que cambiarlo, aumentar recursos, reforzar la psicología y reducir la farmacología siempre que se pueda”.

El diputado concluyó recordando el aumento de los problemas de salud mental y el repunte de los suicidios en Canarias. “Mi trabajo es decir la verdad, aunque duela, y más cuando hablamos de salud mental”, sentenció.


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