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La quiebra del turoperador alemán FTI afecta a 40.000 turistas y 1.500 trabajadores en Canarias

La insolvencia declarada por el operador alemán deja sin servicio a la cadena Meeting Point, con doce hoteles en Fuerteventura, isla más afectada

 

  • Lancelot Digital
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    Pinchazo en la burbuja donde se había instalado el turismo de Canarias, que hasta ayer presumía de los 4,5 millones de visitantes extranjeros captados durante los cuatro primeros meses del año, pese a que el rechazo generado por el actual modelo había mostrado su considerable magnitud en las multitudinarias manifestaciones del pasado 20 de marzo. Porque no es la aparente turismofobia lo que más afecta al subsector, sino su dependencia del exterior, como demuestra el hecho de que el anuncio, ayer, de la quiebra de operador alemán FTI ha puesto en peligro las vacaciones de unos 40.000 turistas y, especialmente, el puesto de trabajo de unas 1.500 personas, cuyo sustento ahora pende de un alambre, tal y como publica Tiempo de Canarias.

     

    Son datos extrapolados de la voluminosa cartera de clientes de este operador turístico, el tercero más importante por lo que respecta a las Islas, dado que traía al Archipiélago una media de nada menos que medio millón de turistas al año, con un volumen de negocio de unos 800 millones de euros, según el cálculo facilitado por el Gobierno de Canarias.

     

    Gracias a la información facilitada a este periódico por parte de la vicepresidenta de Ashotel, Victoria López, y del presidente de la Asociación de Empresarios Turísticos de Fuerteventura (Asofuer), Antonio Hormiga, lo cierto es que la insolvencia de FTI es la crónica de una quiebra anunciada por los impagos de esta firma alemana registrados por sus clientes en el ámbito turístico isleño durante los últimos meses, si bien se confiaba en que un fondo de inversión que estaba negociando asumiera las deudas de este operador, lo que finalmente no se produjo.

     

    Sobre el alcance de esta insolvencia, el principal damnificado es Meeting Hoteles, un grupo empresarial que, curiosamente, es de origen majorero, aunque cedió su gestión, ya hace algún tiempo, a inversores foráneos (en manos de un magnate egipcio, Samih Sawiris, quien ya el año pasado vio venir el descalabro y se apartó en lo posible de figurar al frente), y que conserva hasta 30 hoteles en Canarias: 12 de ellos en Fuerteventura, otros 11 en Gran Canaria, cuatro en Tenerife y los tres restantes en Lanzarote.

     

    Tristemente, el subsector turístico canario tiene tan aprendida la lección desde la catástrofe que supuso la quiebra de un gigante como Thomas Cook, acaecida en 2019, que los miles y miles de turistas atrapados por esta insolvencia de FTI serán a buen seguro asesorados para que reclamen correctamente a sus respectivas compañías aseguradoras el importe que ahora se les va a reclamar desde el hotel donde pernoctan, dado que esas cantidades ya no serán satisfechas por FTI.

     

    Por su parte, la compañía solo informó ayer de que trabaja para garantizar que los viajes que ya han comenzado puedan completarse según lo planeado, aunque aquellos que aún no lo han hecho “ya no podrán realizarse o solo podrán realizarse parcialmente”.

     

    Para explicar su desplome, desde la firma alemana se escudan en que la entrada del aludido fondo de inversión, Certares, con el compromiso de invertir 1.250 millones de euros, se ha topado con el lógico resquemor de quienes pidieron garantías de pago, dado lo evidente de una insolvencia finalmente confirmada.

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