Domingo, 14 Diciembre 2025
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Todo quedó en un susto y nadie sufrió ni daños ni pérdidas

 

  • Lancelot Digital

 

Gente gritando, niños llorando y una sensación trágica de angustia fue la que se vivió en el Barco de línea que une la isla de La Graciosa con Órzola cuando la embarcación se aproximaba al puerto lanzaroteño.

 

Pero, pese al nerviosismo vivido in situ, desde el Consorcio de Seguridad y Emergencias, su gerente, Enrique Espinosa, afirma que no fue una imprudencia y que puede catalogarse como un episodio habitual en estas condiciones. “Cuando hay marea baja y se producen estos fenómenos costeros de alerta amarilla, lo ocurrido es normal. Todo estuvo bajo control en todo momento”, señaló, apuntando que nadie sufrió ningún daño, ni ninguna pérdida.

 

Espinosa además aporta una explicación de por qué ocurrieron los hechos. “Al entrar en marea baja, se sucedieron varias olas y entró el agua por la popa y mojo el suelo”.

 

Por fortuna, todo quedó en un susto y el barco pudo atracar con normalidad en el puerto sin mayores contratiempos.


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