Vea la rueda de prensa completa de la madre de Romina Celeste
Miriam Rodríguez pide la máxima condena para Raúl Díaz y asegura que jamás lo podrá perdonar. "Ha matado en vida a mi familia"
Agotada, destrozada, rota así se encuentra la madre de Romina Celeste Núñez, Miriam Rodríguez, que recién llegada de Paraguay para declarar en los Juzgados de Arrecife, ofrecía una rueda de prensa este miércoles en el Gran Hotel de Arrecife donde realizó algunas declaraciones a los medios locales.
Miriam quiso agradecer en primer lugar a todos los medios de comunicación de la isla el esfuerzo realizado para que lo ocurrido en el caso de su hija saliera a la luz. “No querría haber conocido así este país. He venido a buscar justicia para mi hija, porque ella vino a trabajar a España, no a morirse, vino a mejorar su vida y la de sus hijos”, afirmaba. “Que haya encontrado la muerte así, es muy duro. Mi familia estaba unida, ahora está destrozada. Ese hombre nos mató a todos, a mi hija y a toda mi familia”.
La madre de Romina no quiso callar su dolor al tener que escuchar y leer en redes sociales, y algunos medios, críticas directas a su hija. “Me dolieron mucho esas críticas, pero luego pensé que si no se hubieran hecho tanto eco, yo no hubiera sabido jamás qué pasó con mi hija. Por ese motivo, les estoy agradecida a todos”, afirma. “Espero que me sigan ayudando para llegar a buen término hasta que todo se aclare”, pide, esperanzada en que Raúl Díaz pague por lo que hizo. “Le doy las gracias al Cabildo que me donó los pasajes, a la jueza, a la cancillería paraguaya, el consulado paraguayo y a todos los que están ayudando a la investigación”.
Miriam aseguró durante su comparecencia que su hija nunca le habló, ni a ella, ni a su otra hija, de malos tratos. “Ese mensaje que mandó a una amiga, no me llegó a mí, y tampoco le llegó a su hermana, si me hubiera llegado a mí, Romina no estaría muerta tirada en el mar”, aseguró.
Para la madre de Romina no hay perdón posible. “No voy a perdonarle nunca. ¿Cómo voy a perdonarle? Él es el único saber qué pasó en esa casa”, afirmó. “Yo nunca llegué a sospechar nada. Conmigo era muy respetuoso. Nunca se me pasó nada por la cabeza, ni nada me pareció raro hasta el 31 de diciembre. Ese día mi hija me llamó y me salió como una llamada privada, le pregunté por qué motivo y ella me dijo que estaba ahorrando su wifi para la noche porque me llamaría a las once de la noche, como cada año… esa fue la última vez que hablé con ella. Incluso me enfadé porque ella no me llegó a llamar nunca… claro. Yo no dormí más. No volví a dormir una noche entera hasta que me dijeron que habían encontrado los restos de mi hija”, explica. “Como madre yo sigo sin estar segura de que los restos que se han encontrado son de mi hija. Hasta que lo comprueben con el ADN no estaré segura”, rompiendo a llorar al decir que quiere volver con los restos de su hija. “Aún no lo he asumido, hasta que me lo confirmen, aún tengo esperanza. Necesito saberlo”.
“Yo quiero la máxima condena para Raúl Díaz, que se haga justicia, que no me pida perdón porque jamás le voy a perdonar y que asuma que él la mató”, señala.
Miriam Rodríguez no pasó por alto la mala experiencia que tuvo que pasar al enterarse de todo lo que había ocurrido por la prensa, con toda la brutalidad de la narración. “Entiendo que es el trabajo de los periodistas, pero fue brutal descubrir que a tu hija le pasó algo así… fue espantoso”, señala. “Quiero que me ayuden, quiero que se haga justicia. Y si el ADN da positivo, si es mi hija, quiero que se sepa que lo es. No quiero esconder nada”.
“Me sigue dando vueltas ese mensaje que nunca me llegó, no saber por lo que estaba pasando. Si yo lo llego a saber, ella estaría viva. Lo estaría”, afirma.
La madre de Romina explica que la amiga de su hija que recibió ese mensaje le aseguró que se lo iba a mandar, pero nunca llegó a hacerlo. “Me dijo que sí, que me lo iba a mandar, pero nunca me lo llegó a mandar”, señaló. “Me pidió tiempo porque estaba con psicólogos, pero hasta ahora no me ha vuelto a decir nada”.
Para Miriam el hecho de que Romina no la llamara fue muy extraño. Primero se sintió, en efecto, molesta con ella, pero ese malestar dio paso a la extrañeza. “Mi marido me decía que yo era una mamá muy ‘cargosa’, así se dice en Paraguay, y que tenía que dejarle espacio a los jóvenes, que se estarían divirtiendo y que ya me llamarían… yo no dejé de llamarla desde ese día y no me contestaba… Raúl tampoco me contestaba… a mí me parecía muy raro”, señala. “Mi otra hija también llamaba y nada, así hasta que conseguí hablar con Raúl y me dio largas. Me decía que no sabía dónde estaba mi hija. Llamé a la amiga de mi hija, su madrina, y tampoco sabía nada… les pedí que pusieran una denuncia el 7 de enero. Pero no la puso. La puso el 8 de enero al venir del trabajo. Esa era su preocupación, claro”.
Llamadas sin respuesta, el no saber, la desesperación de los hijos… la angustia fue terrible. “La desesperación que hemos pasado hasta que nos han confirmado su muerte ha sido horrible. Sus hijos estaban seguros de que iba a llamar… así hasta el 13 de enero”.
Miriam no llegó a sospechar de Raúl porque Romina nunca le dijo nada malo de él. “No pensaba él, sólo pensaba en mi hija… después, cuando leí todo, claro… ahí se me vino todo”, explica.
La abogada de Miriam puso sobre la mesa la posibilidad de que el sistema no esté funcionando bien al plantear que si Romina fue a denunciar malos tratos al Hospital y se acabó marchando, un poco antes de que la atendieran pero cuándo ya había dicho a qué iba al centro de salud, "¿Cómo es posible de que no la buscaran? ¿Cómo no se dio la voz de alarma? La justicia existe, pero... ¿el sistema funciona? Tal vez el sistema haya que replanteárselo".
En cualquier caso, Miriam se siente muy agradecida y no se plantear denunciar nada. "Solo quiero pedir a los hospitales que presten más atención a estos casos porque se le puede salvar la vida a esas mujeres... que las ayuden, por favor, que las ayuden para que a nadie más le pase lo que le ha pasado a Romina".
